Por Federico Raggio
A comienzos de la segunda guerra mundial numerosos ciudadanos italianos comenzaron a emigrar a nuestro país para buscar un futuro mejor, entre ellos habitantes de la región del Véneto. En 1943 un grupo de “trevisani” formaron un círculo de residentes en Magariños Cervantes 5455 (Villa Luro), en donde se juntaban en reuniones periódicas. Luego, aparecieron los juegos de salón y las bochas hasta que tuvieron que mudarse a la actual sede de Floresta que con sus instalaciones más amplias podía albergar mayor cantidad de actividades culturales y sociales. Por ende, llegó la nueva denominación: “Círculo Recreativo La Trevisana”.
Tiziano, con sus 83 años y una memoria que nunca falla, es el vicepresidente 1º de la institución. Junto con su esposa Luisa, también integrante de la comisión directiva, invitan un café con un chorrito de “grappa”, tal como lo toman en la provincia de Treviso y en otras partes de Italia. “Somos los últimos que quedamos. Yo llegué de Italia en 1950, cuando tenía 20 años. Mi señora vino en el ’52. Así que hemos tenido sesenta y pico de años de laburo. Entre hijos y nietos ya son tres generaciones, a quienes tratamos de transmitirles a nuestras tradiciones y costumbres gastronómicas”, explica mientras prepara “crostoli”, unos dulces riquísimos que en el Véneto se los come como postre, sobre todo en el invierno. Preparados con harina, manteca, huevos, azúcar, vino o grapa, clavo de olor y canela –entre otros ingredientes- se comen en las sobremesas de los almuerzos mensuales que se organizan en La Trevisana, explica Luisa.
En la enorme mesada de la cocina, varias señoras ayudan a preparar la masa de “crostoli” que después será freída en aceite. Luisa invita a probar la grapa y el vino blanco que ellos mismos producen, mientras ayuda a mezclar en otra mesa la masa para las lasañas que consumirán el domingo unas 200 personas: “Las hacemos ‘alla bolognesa’ por la cercanía de Treviso con Bolonia, tenemos una gastronomía similar. Además, en la cocina ‘trevigiana’ hay platos de risotto, carnes y pescados”.
Además del vasto salón –sobriamente adornado con los escudos de las siete provincias que conforman esa región del noreste italiano- donde se festejan los aniversarios y se realizan fiestas y bailes de la institución, en el primer piso se encuentra una nueva sala, donde se dan clases de italiano y de alta costura. También allí se puede consultar una biblioteca. En otras épocas, en la planta baja, donde hoy está el salón de usos múltiples, La Trevisana tenía su cancha de bochas. “Como le fue pasando a muchos clubes, se dejó de jugar a las bochas y hubo que darle nuevos usos a las instalaciones. Ahora se hacen actividades recreativas y deportivas: tango, folklore, pintura, yoga, tai chi chuan, taekwondo y donde practica el coro de la institución”, relata Tiziano.
Como una puerta al pasado, al entrar en la vieja biblioteca se puede distinguir sobre sus paredes postales inmemoriales de Treviso hace cien años atrás. En las vitrinas de los antiguos muebles hay trofeos de los décadas del ’40 y ’50 obtenidas en los torneos de bochas que se jugaban contra otros clubes barriales. Más adelante, hay otro amplio salón, que se alquila para fiestas de los socios como también para otras instituciones “de cualquier comunidad, no sólo italianas”, precisa Tiziano con un dejo de nostalgia mientras mira la habitación vacía. Luego del café con grapa, acompañado por “crostoli”, vuelve a la cocina. Hay que amasar y rellenar las pastas como hace 60 años.
Dirección: Diputado Benedetti 195
Barrio: Floresta
Teléfono: 4671-8446
Horarios: Lunes a sábados de 9 a 20 horas y domingos al mediodía.
Me interesa conectarme con ustedes ,soy hija de trevisano,uno de mis tíos iba siempre al club y no quisiera abandonarlo .