“Sí los dejo volver a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Algunos de ellos han venido de muy lejos”. Estas palabras fueron dichas por Jesús en el Evangelio según San Marcos, en uno de los capítulos que se refieren a la multiplicación de los panes. Esta inscripción escrita en danés se puede leer debajo de los vitreaux que adornan el altar. En él se pueden ver los rayos de sol que simbolizan la resurrección. Y encima de ellos, una cruz de madera.
“Significa darle alimento espiritual a la gente que lo necesita”, explica el pastor sobre el sentido profundo de la frase. Andrés Albertsen es el encargado de dar misas los domingos en la Iglesia Dinamarquesa de Buenos Aires. Esta asociación civil, creada en 1926 por miembros de la comunidad danesa, presta distintos oficios religiosos basados en la fe luterana, que es la doctrina mayoritaria en los países nórdicos luego de la reforma protestante del siglo XVI.
El Pastor Albertsen cuenta que la iglesia fue fundada para atender las necesidades religiosas de la comunidad danesa y para sus descendientes: “Luego se fueron incorporando personas de otras comunidades a través de los matrimonios mixtos. Y en las últimas décadas, con el hecho de que los descendientes ya no hablaban el mismo idioma, eso ya habría la posibilidad a que otros pudieran participar de las actividades. Y después, al abrirnos a todo el que quisiera participar, descubrimos que nuestra forma de ser iglesia, de practicar la fe, podía apelar a otra gente que no necesariamente tuviera que ser de origen danés”.
La manera de ejercitar la fe de la que habla el pastor no sólo convoca a los daneses que están de vacaciones, por estudio o razones laborales en Buenos Aires. Albertsen se refiere a la notoriedad que en los últimos años adquirió la Iglesia por ser pionera en bendecir uniones civiles de parejas del mismo sexo: “Hace poco, el 27 de marzo, bauticé a una nenita que es hija de dos mamás. Esto tiene que ver con nuestro vínculo con Dinamarca, donde estos temas se han tratado en la iglesia luterana y en la sociedad. Y entonces, para ellas era importante poder estar acá y que se las reconociera como mamás, que de hecho lo son y figura en la libreta de matrimonio. Además, desde 2006 hemos tenido bendiciones de matrimonios”. Y expresa las siguientes palabras acerca del punto de partida de la fe luterana: “Dios me acepta, esto lo olvidamos. En realidad yo hago la obra de Dios amando al prójimo”.
El templo es de estilo neogótico con ladrillos a la vista. Fue construido en 1931 y emula a sus similares de Dinamarca que se construyeron durante las primeras décadas del siglo XX. Pero en el edificio no sólo se celebran misas en danés y castellano, se realizan una gran cantidad de actividades culturales. Se hacen conciertos de pequeños grupos de música de cámara en el interior de la iglesia y exposiciones de obras de arte. Asimismo, tienen su sede una sociedad de damas y el Centro Juventud Danesa donde jóvenes de distintas edades se reúnen para bailar folklore de ese país. Pero también, están la biblioteca de la institución y la Biblioteca Søren Kierkegaard, que cuenta con las obras completas del filósofo y teólogo dinamarqués. Equipos de investigación conformados por licenciados y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) trabajan en la traducción de los libros del padre de la doctrina existencialista que no están disponibles en español.
En el barrio de San Telmo se pueden encontrar una gran cantidad de iglesias y templos de distintas comunidades religiosas, más allá de que las congregaciones católicas son las más comunes en el casco histórico de la Ciudad. Pero sobre Carlos Calvo 357, a media cuadra de Avenida Paseo Colón, el porteño desprevenido se encontrará con la Iglesia Dinamarquesa, escondida entre dos viejos edificios pero siempre abierta a todos los que deseen concurrir según el Pastor Albertsen.

