La Colonia Obrera o Microbarrio San Vicente de Paúl

“El barrio obrero: Una parte de la primera manzana de casas para obreros, inaugurada recientemente en Nueva Pompeya por la Comisión de Damas de San Vicente, iniciadora de la obra. El presidente, doctor Sáenz Peña, la señora de Uriburu y el arzobispo, recorriendo el barrio inaugurado”. Con ese epígrafe y el acompañamiento de diversas fotografías (en donde aparecían señoras cincuentonas ataviadas en amplios vestidos y sombreros, a la usanza parisina de la época) titulaba la edición de Caras y Caretas del 26 de octubre de 1912 la fundación de un conjunto de viviendas populares poco conocida en la Buenos Aires actual.

Esa manzana recóndita y rara del sur de la ciudad que nació un 17 de octubre hace 101 años por el patrocinio y sostén del Jockey Club y de las llamadas “damas vicentinas”, que hacían caridad, es el micro barrio San Vicente de Paúl. Está ubicado a tres cuadras de la intersección de las avenidas Sáenz y Perito Moreno, donde cada día confluyen miles de vehículos que entran y salen de Capital Federal. Sin embargo, entre sus callejuelas interiores apenas se oyen los colectivos o los camiones que abarrotan esa zona cada día.

Hugo está por cumplir 60 años y hace 47 años que habita una de las viviendas internas. Relata que antiguamente el micro barrio se llamaba “Colonia Obrera”. En la legislatura porteña se cambió la denominación a “San Vicente de Paúl” ya que es el nombre de la homónima institución religiosa-educativa (con sede central en Riobamba 258) que se encarga del manejo y administración de los condominios, que son alquilados por un precio asequible a inquilinos de bajo poder adquisitivo. “Lamentablemente (el complejo de viviendas) está bastante abandonado, se está tratando de hacer la puesta en valor, pero sale mucho dinero”, explica Hugo mientras señala algunas baldosas partidas.

La característica distinguida de esta manzana (y que la hace única en la ciudad) son los dos accesos, uno por la calle Traful 3650, y el otro por Alfredo Gramajo Gutiérrez, a la misma altura, pero desde el lado opuesto. Ambas entradas y el anillo peatonal interior confluyen finalmente en el centro, donde se erige la torre-tanque de cuatro pisos y casi 20 metros de altura. “El tanque está en perfectas condiciones porque nunca funcionó como tal. Por dentro de la torre va una escalera en caracol y descansos en cada piso. Arriba hay un reloj de carillón (cronometrado para que suene cada quince minutos). Pero es difícil repararlo ya que son muy caros. Las agujas son muy pesadas y las opalinas (de los ventanales) están prácticamente todas rotas”, afirma Hugo.

A su lado, el administrador del complejo, Jorge Paviolo, agrega que la manzana es área de protección histórica desde 2010: “Cualquier tipo de modificación o cambio tiene que ser aprobado por el Gobierno de la Ciudad. El inmueble tiene más de 100 años y, en realidad, lo que estamos intentando con el gobierno porteño es ponerlo en valor, independientemente del trabajo de la Sociedad (de San Vicente de Paúl), arreglando las casas. Y hay una segunda etapa que tiene que ver con la mejora de los espacios comunes y la torre, que es el emblema”. Y señala que en sus más de 4 mil metros cuadrados hay un total de 92 viviendas.

“Entrando por Traful, las casas ubicadas a la derecha de la torre están inscritas con números pares (que van del 2 al 60), mientras que hacia la izquierda están numeradas con impares (del 1 al 59). Son un total de 60 viviendas internas, más las 32 (8 por cuadra) ubicadas sobre las veredas de Traful, Cachi, Alfredo Gramajo Gutiérrez y Alberto Einstein. Aunque la mayoría son de dos y tres ambientes, hay algunas de cuatro”, precisa Paviolo.

Algunos de los fresnos de las callecitas peatonales fueron talados, sin embargo, el micro barrio mantiene su encanto por el colorido de sus casitas, una pegada a la otra. A pesar de que algunas fachadas fueron alteradas, muchos condominios mantienen ciertos elementos sin retocar o todavía conservan los mosaicos antiguos, así como las características tejas rojas. En una de ellas vive Elisa, que atestigua una historia especial: “¿Sabés hace cuántos años que vivo acá? Hace 79. Tenía 9 cuando llegué al barrio… ¡Si te hablo de la ‘Colonia Obrera’!  Yo vine con mis padres en una época donde la pobreza se llevaba con dignidad. Y acá donde vivo fue la casa donde residía el hombre del cual yo me enamoré a los 13 años y con quien me casé a los 20. Antes, los chicos jugaban con monopatines y triciclos. Mis nietos no vivieron esto, antes los vecinos éramos como una familia”.

Hace casi cien años atrás desde lo alto de la torre-tanque se pudieron observar, gracias a su disposición panóptica, algunos de los momentos más infaustos y dolorosos de la Semana Trágica en el verano de 1919. A algunas cuadras de allí se encontraban los depósitos de los talleres Vasena, escenario donde se produjeron las primeras protestas por parte de los trabajadores en huelga. Allí cayeron asesinados los primeros obreros por las descargas de los fusiles Mauser accionados por las fuerzas de seguridad. En los días siguientes se sucederían otros ataques en distintos puntos de la ciudad. Los vecinos de la antigua Colonia Obrera fueron testigos fatídicos de aquellos ocho días de represión y crímenes.

Hoy el San Vicente de Paúl es visitado por algunos pocos curiosos y turistas. También varios equipos de filmación aprovecharon las peculiaridades de sus callejuelas para producciones ficcionales, como la del ciclo “Televisión por la Identidad”. Hugo cuenta que Darío Grandinetti estuvo “viviendo” en su casa durante el rodaje de diversas escenas.

Precisamente, se encuentran los integrantes de una productora que debe filmar un videoclip para una campaña de la UNICEF destinada a los niños con motivo del mundial de fútbol que se jugará dentro de unos meses en Brasil. Hugo avisa que debe retirarse ya que tiene que atender los requerimientos del equipo. Van llegando algunos pibes y pibas que protagonizarán la filmación. Tienen que “jugar” a la rayuela y correr por sus callecitas, como lo hacían los chicos de antes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *